SORPRENDEME

Hace mucho tiempo una persona que amaba me mandó esta foto. Entonces creí que nadie podría sorprenderme como él lo hacía. Creí que toda la vida recibiría fotos como esta en mi mail, sólo la imagen y un “me acorde de ti”. Creí que con eso sería feliz.
El tiempo pasó y los correos dejaron de llegar. Entonces creí que se habían acabado las sorpresas lindas. Creí que tenía que buscar algo más tranquilo, más adulto, más predecible. Creí que las locuras y pasiones ya no iban a conducir mi vida. Todo eso lo creí y en todo eso me equivoqué.
Pasó el tiempo y vino alguien y me sorprendió. Llegó de la nada y como un hechicero cambio de forma frente a mis ojos sin darme tiempo de reaccionar. Me noqueó con un certero ataque de espontaneidad y alegría; me regaló una noche increíble que se convirtió en una mañana, que se convirtió en una tarde, que nuevamente paso a noche. Sin darme cuenta me hizo adicta y feliz y niña y ninfa.
Y ahora tengo miedo, me muero del susto. No quiero cagarla, no quiero apresurar las cosas y tampoco dar a entender que no me interesa. Me asusta mi lengua que tiene vida propia y me traiciona en el complejo mundo de las palabras: se confabula con mi cabeza y con mis inseguridades para perder la cordura. Y no quiero otro motín, otro boicot.
Me siento una niña de quince, cuestionando y enrollando las cosas, olvidando que lo más importante es disfrutar el momento.
¿Tan falta de amor estoy que me aferro tan rápido a esto?. Esto, que ni siquiera sé que es todavía, o porque tiene que necesariamente ser algo. Puede no ser nada, un buen momento entre dos personas, un encuentro que sirve pero que no madura. Y es que me cuesta pensar que él quiera conocerme como yo quiero conocerlo, que se le cruce pasar tanto tiempo conmigo como el que yo quiero pasar con él. No sé si algun día saldremos en una “cita”, me lleve al cine o a una noche de copas. Si conoceré a sus amigos y él a los mios, o si me tomará la mano al salir de su casa. Todo eso me gustaría hacer con él pero no sé como decirselo o si tenga que decirselo en realidad. Sé que debería esperar que todo fluya pero mi mente tiene infinitas formas de caotizarlo todo.
Por ejemplo, una conversación tipica conmigo para enfrentar este tipo de inseguridades sería así:
Primero, pongamos el contexto. Después de una increíble noche y mañana, de cariño y sexo.-si, sexo y que!!!!-, compartir el espacio como si hubiesemos estado juntos toda la vida, ducha y desayuno, llega la hora de despedirse. Él rumbo al trabajo, yo a mi casa a organizar la tarde, porque ya la mañana se fue. Yo pasé de ultra cariñosa en la cama, a menos cariñosa en la mesa, a buena onda en la calle. Me deja en la micro, nos despedimos con un abrazo y nos vemos, shao. Se va, me voy, todo bien. Me pongo los audifonos, suena Lali Puna y yo repaso feliz las horas junto a él. Hasta ahí todo bien.
Llego a la casa, me fumo un porro y trato de trabajar. Reorganizar el tiempo y manos a la obra. Me conecto a internet, al msn, me preguntan por él y digo que lo ví anoche. Entonces viene la pregunta….”¿y que onda?”. Alarma, frikeo viene en camino… ¿Qué onda, que onda???... shit, no tengo idea. Quedamos en hablar o en vernos, pero en realidad no quedamos en nada, fue casi un “ahí te ves”. Entonces, ahora lo llamo o no?. Ya lo llame el fin de semana y no salimos, si nos hemos juntado pero ha sido casi casualidad. O sea, él me invito a su oficina, él me invitó a su casa, él me dijo que fuera al Forestal pero… si yo no le mando un mensaje no me invita, si no me conecto a msn no me hubiese llamado.
Todo eso ocurre en mi cabeza en un solo segundo. Entonces llamo a mis amigos y les pregunto, como hombres, que opinan ellos. ¿Espero a que me llame o le digo que quiero verlo, care raja?. ¿Creerá solo que es una relacion light, onda amigos con ventaja???, ¿Cómo hago para mostrarle que me interesa pero no que se sienta sicopateado?, ¿Cómo hago para decirle que me gusta estar con él, que me siento cómoda, que me encantaría ver que pasa entre nosotros, sin que piense que soy una fanática del compromiso?.
Puede que lo sea. No, en realidad no es tanto eso como mi cansancio y desprecio absoluto por la cacería. No quiero seguir “probando”, me agota ocupar mi tiempo con alguien que no signifique nada, que no deje huellas en mi. Ya no quiero mas sexo buena onda, sin sentir que ese momento fue especial para mi y para mi compañero y, más importante aún, que ese momento se repetirá en el tiempo porque los dos así lo queremos. Me doy cuenta que el sexo por una noche no solo no me da placer, sino que me deja completamente vacía y enojada conmigo. Necesito ese tipo de seguridad, aunque suene completamente descabellado. Quiero tener la seguridad de tener un compañero en la cama y en la vida; alguien que me haga sonreir, que me provoque pasión y ternura, que le guste mis acurrucos y no piense que ando con el vestido de novia en el bolso. Alguien que se ría de mi y conmigo, pero también sepa reirse de si mismo. Así es éste angelito caido del cielo, pero también quiero alguien directo, que sepa lo que quiere y con quien quiere estar. No sé si yo estoy dando señales mezcladas, si debería esperar a que las cosas maduren solas o si ya pasó el tiempo de cachar si esto va a algún lado o seguirá siendo muy buen sexo con mucha risa.
Creo que mi problema esta en que no confió en mi. No me creo suficientemente buena, linda o inteligente como para que alguien deseé estar conmigo. Llevo dos años dando bote, sentí que nunca fui la primera opción del hombre a quien yo hubiese dado mi vida y, lejos de ayudarme, los pocos hombres que me llamaron la atención después no sólo no funcionaron, sino que ninguno consideró ni remotamente salir conmigo. No en una cita, no como chico y chica.
Quiero hacer las cosas bien esta vez. Este hombre me gusta, puedo ser yo todo el tiempo. Me sorprende. Me gusta que no me pesque y después me diga que soy linda y le gusta mirarme. Que me diga que soy su chitara. Que me invite a fumar cuando los dos sabemos que es a dormir y se ria cuando llego con el cepillo de dientes. Amo la sensación de haber vivido mil cosas con él cuando sólo pasaron unos días, o empezar a extrañarlo. Que ganas de tener un lector de mente y saber que pasa por su cabeza cuando estamos juntos y cuando estamos separados. ¿Pensará en mi, recordará nuestras charlas, revivirá nuestras aventuras, hablará de mi?.
Diablos, estoy feliz pero asustada. Me carga no saber, no ser capaz de dar sin seguridad, sin pensar tanto. Help, help.. extraño tener 21, sentir que el mundo esta en mis manos y que el chico que quiero me quiere. ¿Cuándo se complicaron tanto las cosas?.