viernes, agosto 18, 2006

SE ARRIENDA

Estoy en plena búsqueda de un nuevo hogar, aunque mas bien sea cambiarme a una nueva vida. La desición de compartir mi casa con más personas no fue fácil pero finalmente el factor plata fue fundamental. La verdad es que todo el tema de buscar, ver y enamorarme de los lugares que veo me entretiene, aunque la parte de los papeles, las firmas, conseguir que madre haga de arrendataria porque su linda hijita esta endeudada hasta las masas.... todo eso si me quita el sueño.
El tema es que éste mes tuve que ceder en muchas cosas por el temita del dinero. Y ahora que busco arriendo me pongo a pensar si sólo se trata de una casa o también estoy arrendando un poco mi vida. La semana pasada fui a mi primera entrevista de trabajo. O sea, he ido a varias en mi vida, sobre todo cuando estaba en la universidad y postulaba a pegas de verano o de garzona en algun bar. Pero por primera vez mande un CV para trabajar como periodista y lo hice casi jugando. El lugar: canal 13.
Nunca pensé que me fueran a llamar. Pero ahí estaba yo el jueves pasado, comprando un cinturon decente, sacandome el aro de la nariz y tratando de parecer joven, proactica y responsable. No sé si lo logré, pero me descubrí que si soy capaz de doblar mi moral un poco, arrendar mi tiempo y mi talento y que no es tan dificil acallar la conciencia si se trata de alimentar el estómago.
Lo bueno de esa experiencia, bastante bizarra por lo demás, es que ahora tengo una nueva actitud. Supongo que será madurez o que la realidad golpeó con fuerza mi cara. Madre esta cansada y con derecho a no aportar más, yo también quiero que así sea. Aunque pasaron varios meses donde pude decirle "no vieja, guarda tu plata que no la necesito" hace un rato que tuvimos que inventar alguna pega para que ella me siguiera ayudando sin sentirnos un par de lusers. Porque si para mi no es fácil tener casi 30 y todavía necesitar ayuda de mi vieja, para ella tampoco debe ser un chiste sentir que su hija no va a ningun lado.
Ahora, este cambio de casa también es un arriendo. Arriendo mi independencia, la libertad de andar en pelota (cosa que nunca hice pero que fantaseo) por ahorrarme unos pesos. Lo hago para no perder las pocas comodidades, como el teléfono o internet, que también son mis herramientas de trabajo.
Al final me di cuenta que lo importante no es arrendarse, sino venderse. Todos estos sacrificios los hago feliz si puedo lograr mantener clara la meta. Postular a una pega en un lugar que aborrezco, como la televisión, no significan nada si logramos sacar a Suite adelante. Vivir con Marciano y Juanpi no son un verdadero sacrificio si los dos son mis best amigos y además socios en la vida y el trabajo.
Ahora ya no me importa tener que arrendar. Quizás no soy material para casa propia.