viernes, marzo 10, 2006

Yo y mi problema con los hombres


Cualquier buen sicólogo, e incluso uno mediocre o definitivamente malo, podría llegar a la misma conclusión: “Usted tiene un trauma infantil, provocado por la ausencia paterna”. Daaaa!!!. Me da mucha rabia que después de horas perdidas en un diván, y mucho dinero gastado, me digan algo que ya lo sé. Osea, es obvio ¿no?. No hay que tener la pared llena de diplomas para darse cuenta que la falta de un padre –o una madre- provocan traumas a los niños y les dificulta el camino para una relación sana de adultos.
Yo crecí casi autodidacta. No sólo fue un padre ausente, sino una madre trabajólica que ahora se puso media obsesiva conmigo. Hasta que tuve 13 o 14 años me dejó hacer lo que se me diera la gana. Pero el día que me vio meter un hombre (entiéndase por hombre una cosa de género, porque el pobre chico no tenía ni pelos en la cara) todo cambio en mi casa. Se fue la paz para nunca más volver.
Eso me lleva a una pregunta. ¿Son los hombres la base de todos mis problemas?. Ya tenemos claro que mi gran trauma infantil, LA carencia, es por culpa de un hombre. Veo que el quiebre entre mi madre y yo se fue provocando a causa de los XY. Y ahora la gran temática que desvela mis noches son los tipo, o la falta de ellos.
Pero sería injusto decir que todos los males provienen del hombre. Claro, es cierto que las guerras, las masacres, los grandes dictadores y el Papa son hombres. Pero quizás es una desgraciada coincidencia. No podemos olvidar que los más eximios artistas, poetas y científicos también han sido hombres. Entonces ahora viene una segunda pregunta, ¿En este mundo de hombres, donde ellos son los verdaderos malditos y también los más bondadosos, dónde cabemos las mujeres?. Y que nadie me responda por favor que tras todo gran hombre hay una gran mujer, porque ese discurso ya no convence a nadie.
Marzo es el mes internacional de la mujer. ¡Genial!. ¿No podían haber escogido un mes más fome, neutro y desagradable que marzo?. O sea, quizás en el otro hemisferio marzo signifique la llegada de la primavera, el sol y la fertilidad. Pero por estos lados…. No es más que un gran nada.
Pero bueno, volvamos a mi tema. Yo y mi problema con los hombres. Quizás estos malos rollos se heredan y no tenga solución alguna. La verdad es que llegué al punto de tirar la toalla y decir derrotada “¡NO LOS ENTIENDO!”; de verdad creo que hago lo mejor de mí, soy honesta y frontal, cínica y juguetona, tonta y moldeable… pero nada sirve. O se creen que son el amor de mi vida o asumen que ando con el traje de novia en la cartera. Y perdón por la expresión, pero ¡dios mío, de qué puta cartera me hablan?!”.
Lo que más rabia me da es que cuando hablo con mis amigos, a pesar que tiran y tiran, quieren encontrar una pareja que los quiera y establecerse por un rato. Al final, quieren lo mismo que nosotras, pero no sé en que parte del cuento nos estamos desentendiendo. O será que elegimos como las pelotas y en nuestro afán de cambiar todo lo malo del mundo nos llama la atención la manzana más podrida del árbol. Qué se yo, todavía no saco mi título de consejera profesional.